El 2025 se presenta como un lienzo en blanco. En él, puedes plasmar tus sueños, tus aprendizajes y esas pequeñas promesas que haces contigo mismo, a menudo en silencio, cuando nadie más está mirando. Pero antes de trazar la primera línea, ¿por qué no detenerte a conocerte un poco mejor? No se trata solo de enumerar fortalezas y debilidades, sino de abrazar quién eres en toda tu complejidad. Porque, como se dice, “solo cuando aceptamos nuestras imperfecciones, encontramos el verdadero poder de cambiar.”

A veces creemos que el cambio debe ser grandioso, instantáneo, casi cinematográfico, pero en realidad, el verdadero crecimiento ocurre en esos momentos tranquilos de autocompasión y reflexión. Reconocer qué hiciste bien, dónde tropezaste y qué puedes mejorar es un acto de valentía en sí mismo. Tal vez este año, en lugar de huir de tus emociones, podrías invitarlas a tomar un café, escucharlas y aprender de ellas. Después de todo, cada emoción, incluso las incómodas, trae consigo un mensaje que merece ser descifrado.

¿Y qué hay de las metas? No las veas como una montaña que hay que escalar, sino como un sendero que se construye paso a paso. Y sí, celebra cada pequeño avance. Si lograste levantarte un día más temprano, si terminaste ese libro que llevabas meses postergando o si simplemente tomaste un respiro consciente en medio del caos, eso ya es un logro digno de aplauso.

Este año, recuerda que no necesitas esperar por el momento perfecto, porque ya tienes en ti todo lo necesario para empezar. Como decía alguien sabiamente, “Tu próximo yo ya está dentro de ti, esperando a que lo descubras.” Así que confía, avanza y, sobre todo, disfruta del camino. ¡El 2025 te está esperando con los brazos abiertos!

Te deseo un 2025 espectacular, y nunca olvides que: YOUR NEXT YOU IS IN YOU!