DE LA VISIÓN A LA ACCIÓN

junio 06,2024

DE LA VISIÓN A LA ACCIÓN

Qué interesante planteamiento nos trae Jacob Morgan, y no se puede negar que esa percepción de los trabajos actuales como desactualizados y poco satisfactorios genera una resonancia con muchas personas. Parece que, más allá de la cuestión técnica, estamos hablando de un cambio cultural, de una profunda reestructuración en cómo entendemos el concepto de trabajo y liderazgo.

El lenguaje que usamos no es trivial. “Empleado” como subordinado, “gerente” como jefe, “trabajo” como ocupación. Estas palabras no solo definen roles, sino que reflejan una jerarquía que muchas veces encierra la esencia de cómo hemos gestionado las organizaciones durante décadas. Sin embargo, más allá del diccionario, el verdadero desafío está en romper esa narrativa que nos encierra como piezas en una máquina, para redescubrirnos como individuos que aportan desde su singularidad.

Morgan tiene razón cuando dice que todo parte de una visión. Pero una visión sin acción es un sueño vacío, como bien lo recordaba Esopo. Es necesario que cada líder, cada colaborador y cada organización pase del dicho al hecho. Reconocer que detrás de cada experiencia laboral hay una oportunidad de transformación y creación.

En este sentido, el trabajo del futuro debería enfocarse en humanizar las relaciones laborales, en construir entornos donde la experiencia del empleado sea una prioridad y no una mera tendencia. Imaginar que el liderazgo puede evolucionar hacia un modelo de colaboración, empatía y propósito no es utópico; es, en realidad, el camino lógico para encontrar satisfacción en lo que hacemos.

Ahora me surgen varias preguntas clave: ¿cómo crees que podemos empezar a desafiar esta visión convencional del trabajo? ¿Qué cambios prácticos pueden hacer los líderes hoy para que la acción sea tan poderosa como la visión? El trabajo del futuro ya está aquí, pero depende de nosotros moldearlo. ¿Qué opinas?